Cuarto viaje; Iglesia de San Gabriel & Convento; Huejotzingo'
- Como última entrada hablaremos sobre la iglesia & el ex-convento de San Gabriel, Huejotzingo.
- Fundado por olmecas-xicalancas y habitado por toltecas-chichimecas, el señorío de Huejozingo tuvo su época dorada en los siglos Xlll y XIV. Aunque en el siglo XV los aztecas lo sometieron, cuando llegaron los españoles, a fines de 1519, el señorío se hallaba sustraído a aquellos. Esto explica por qué los guerreros huejotzincas se unieron a Cortés, para acabar con el poderío de México-Tenochtitlan.
En 1525, los franciscanos edificaron un convento en Huejotzingo, cuando la ciudad se hallaba todavía en un lugar aislado por hondas barrancas, hoy conocido como San Juan Loma. En 1529, Huejotzingo se trasladó al sitio que hoy ocupa y aquel primer convento fue demolido para hacer otro con sus piedras, que tampoco sobrevivió. Así, el actual convento de San Miguel es el tercero construido por los franciscanos, entre 1544 y 1570, bajo la sapiente dirección de fray Juan de Alameda.
El exterior del templo presenta una mezcla de plateresco y mudéjar. El primer estilo se expresa en el contraste de amplios espacios lisos con reducidos espacios ornamentados, como sucede en la fachada lateral, cuya puerta rodea una prolija decoración de hojas y cardos. El segundo se manifiesta, sobre todo, en la forma conopial del arco de la puerta mayor. Adentro es admirable el retablo central, uno de los pocos del siglo XVI que se conservan en México, obra del artista español Simón Pereyns. También destaca el pétreo decorado de la puerta de la sacristía, que forma una malla cuajada de flores.
El ex convento acoge el modesto Museo de la Evangelización, a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En la sala de profundas hay una célebre pintura al fresco, con las figuras de los primeros doce franciscanos que llegaron a la Nueva España (en 1524), encabezados por fray Martín de Valencia.
En el atrio de la iglesia conviene detenerse a ver las capillas posas, construidas hacia 1550. Reciben tal nombre por servir para posar al Santísimo en las procesiones, aunque también se utilizaban como capillas de indios.
En su fino decorado son notorios dos emblemas franciscanos: el escudo de las cinco llagas del Señor y el cordón rematado por flecos, símbolo del lazo con que se ató a Cristo para ser azotado y de los votos de la orden: pobreza, obediencia y castidad.
En 1525, los franciscanos edificaron un convento en Huejotzingo, cuando la ciudad se hallaba todavía en un lugar aislado por hondas barrancas, hoy conocido como San Juan Loma. En 1529, Huejotzingo se trasladó al sitio que hoy ocupa y aquel primer convento fue demolido para hacer otro con sus piedras, que tampoco sobrevivió. Así, el actual convento de San Miguel es el tercero construido por los franciscanos, entre 1544 y 1570, bajo la sapiente dirección de fray Juan de Alameda.
El exterior del templo presenta una mezcla de plateresco y mudéjar. El primer estilo se expresa en el contraste de amplios espacios lisos con reducidos espacios ornamentados, como sucede en la fachada lateral, cuya puerta rodea una prolija decoración de hojas y cardos. El segundo se manifiesta, sobre todo, en la forma conopial del arco de la puerta mayor. Adentro es admirable el retablo central, uno de los pocos del siglo XVI que se conservan en México, obra del artista español Simón Pereyns. También destaca el pétreo decorado de la puerta de la sacristía, que forma una malla cuajada de flores.
El ex convento acoge el modesto Museo de la Evangelización, a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia. En la sala de profundas hay una célebre pintura al fresco, con las figuras de los primeros doce franciscanos que llegaron a la Nueva España (en 1524), encabezados por fray Martín de Valencia.
En el atrio de la iglesia conviene detenerse a ver las capillas posas, construidas hacia 1550. Reciben tal nombre por servir para posar al Santísimo en las procesiones, aunque también se utilizaban como capillas de indios.
En su fino decorado son notorios dos emblemas franciscanos: el escudo de las cinco llagas del Señor y el cordón rematado por flecos, símbolo del lazo con que se ató a Cristo para ser azotado y de los votos de la orden: pobreza, obediencia y castidad.
- Por la belleza y armonía de todo el conjunto, de éste convento, todos los autores coinciden en que los planos fueron de Fray Juan de Alameda y el que terminó la construcción fue el arquitecto Toribio de Alcaraz.
Durante los años de 1544 a 1555 se fabricó la plataforma artificial en la que se desplanta el conjunto religioso, los muros y bardas Atriales, los ingresos a éste, las Capillas Posas, la portada de “Porciúncula” y la portería al convento.
De 1548 a 1560 se construyó el convento y sus anexos al igual que la portada principal del templo, cuya edificación se inició por el año de 1550 terminándose hasta el año de 1571.
Por un bello pórtico, de tres arcos historiados y después de subir diez escalones de piedra penetramos al amplísimo atrio, construido sobre una plataforma artificial, de 120 MT. Por lado ocupando así una superficie de 144,000 M2.
La entrada principal rompe la barda que rodea totalmente el atrio y que está coronada por merlones; ésta entrada esta formada por tres arcos de medio punto y unas esbeltas columnas, cada uno de los tres arcos tiene distinta ornamentación; el primero luce la cardina, o sea, la vara enlistada cuya representación era normal en las construcciones del SXVI. El arco central presenta en sus caras en bisel unidas al centro por un baquetón. Su arquivuelta está compuesta por dos secciones ornamentadas: una decorada por medio de una guía floral que se repite al reverso y la otra con rosetones que se alternan con perlas isabelinas. El tercer arco ostenta una ornamentación de pequeñas flores que semejan rosas.
Durante los años de 1544 a 1555 se fabricó la plataforma artificial en la que se desplanta el conjunto religioso, los muros y bardas Atriales, los ingresos a éste, las Capillas Posas, la portada de “Porciúncula” y la portería al convento.
De 1548 a 1560 se construyó el convento y sus anexos al igual que la portada principal del templo, cuya edificación se inició por el año de 1550 terminándose hasta el año de 1571.
Por un bello pórtico, de tres arcos historiados y después de subir diez escalones de piedra penetramos al amplísimo atrio, construido sobre una plataforma artificial, de 120 MT. Por lado ocupando así una superficie de 144,000 M2.
La entrada principal rompe la barda que rodea totalmente el atrio y que está coronada por merlones; ésta entrada esta formada por tres arcos de medio punto y unas esbeltas columnas, cada uno de los tres arcos tiene distinta ornamentación; el primero luce la cardina, o sea, la vara enlistada cuya representación era normal en las construcciones del SXVI. El arco central presenta en sus caras en bisel unidas al centro por un baquetón. Su arquivuelta está compuesta por dos secciones ornamentadas: una decorada por medio de una guía floral que se repite al reverso y la otra con rosetones que se alternan con perlas isabelinas. El tercer arco ostenta una ornamentación de pequeñas flores que semejan rosas.
Los arcos están sostenidos por cuatro columnas cuyos capiteles repiten la molduración de sus bases; además las columnas no se angostan en el fuste; su cuerpo cilíndrico es parejo, cosa poco usual. Las columnas de los extremos quedan empotradas en la sección del muro y tienen como remate unos merlones y todo el conjunto se encuentra rematado por una pequeña cruz sobre una peana en forma de frontón roto.
Existen otras dos entradas; una en el centro de la pared norte, que está compuesta por dos arcos de medio punto y sus columnas son similares a las de la entrada principal; pero en menores dimensiones, más sencilla y sin ornamentación; la entrada de la pared sur esta casi destruida y por lo que queda de sus columnas parece que fuera igual a la de la pared norte.
En centro del atrio se encuentra una cruz atrial; desdichadamente no es la original, ( la original está en el jardín de la población, ostentando en su cuerpo y sus brazos los símbolos de la pasión; la escalera, la esponja, lanza, dados, etc.) la que encontramos actualmente, es muy artística se compone: el pedestal figura la corona de espinas y la cruz está formada por ramas nudosas sobre las cuales aparecen las llagas de Cristo, tiene además una pequeña cartela con una ornamentación de motivos vegetales.
A lo largo de los muros del atrio, quedan restos de un " Vía Crucis", que por su composición y ornamentación parece fue pintado en el SXVII.
Retablo de San Miguel Huejotzingo
- La colosal obra arquitectónica de Huejotzingo, atribuida al maestro fray Juan de Alameda, consiste en un extenso atrio, capillas posas, iglesia, monasterio y huerta. Todo el conjunto está delimitado por un murallón con almenas semejante a una fortaleza militar. Se calcula que se comenzó a construir en 1529 y se concluyó en 1571.
La cabecera de la iglesia está decorada con uno de los más representativos y mejor conservados retablos del siglo XVI. Su autor, el pintor flamenco Simon Pereyns; diseño y pinto en su taller, de 1584 a 1586, las tablas del retablo de San Miguel Huejotzingo. Las esculturas que acompañan a este sobresaliente trabajo perteneces al maestro sevillano Pedro Requena.
- La colosal obra arquitectónica de Huejotzingo, atribuida al maestro fray Juan de Alameda, consiste en un extenso atrio, capillas posas, iglesia, monasterio y huerta. Todo el conjunto está delimitado por un murallón con almenas semejante a una fortaleza militar. Se calcula que se comenzó a construir en 1529 y se concluyó en 1571.
La iglesia es la parte mas importante del conjunto, en su interior posee una enorme nave de aproximadamente 1000 metro cuadrados; sobresalen las complicadas nervaduras góticas de su techo. Un elemento importante en el interior de la iglesia es el retablo del siglo XVI que decora el ábside.
Este retablo es mixto porque combina pintura al óleo y esculturas. En su decoración se emplearon columnas de estilo dórico y jónico. Las últimas filas están sostenidas por fustes abalaustrados. Esta formado por cuatro filas altas y siete calles, de las cuales la más ancha es la central. Las calles que albergan las esculturas son más angostas, sin embargo, su proyección hacia el frente da la impresión de que el retablo tiene mayor profundidad.
Los entablamientos son de estilo plateresco, es decir, incluyen anglillos, serafines y cartelas. La temática de este retablo se relaciona con pasajes clave de la historia de Cristo plasmados en pinturas sobre madera que representan La adoración de los pastores, La adoración de los reyes, La presentación en el templo, La circuncisión de Cristo, Cristo de la columna, Cristo del calvario, La resurrección y por ultimo la ascensión.
- Apóstoles
- Santa María Magdalena
- Santa María Egipciaca
- San Agustín
- San Gregorio Magno
- San Pedro Damiano
- San Ambrosio
- San Antonio de Padua
- San Buenaventura
- San Jerónimo
- San Bernardino de Siena
- San Lorenzo
- San Bernardo
- San Francisco de Asís
- Santo Domingo
- San Sebastian
- San Juan Bautista
- Cristo
- San Antonio Abad
- Padre Eterno
Fachada de la Iglesia
- La elegancia de esta fachada totalmente de piedra consiste en su simplicidad y sus proporciones; está dividida en dos niveles y tres ejes verticales; un gran paño liso flaqueado por dos contrafuertes esquinados y dividida en su parte media por un paso de ronda, a lo largo del cual corre un cordón franciscano y que continúa después de atravesar los contrafuertes.
Como remate, el pretil de la azotea tienen unas almenas únicas en su diseño de pirámides truncadas y con una aspillera alargada en su centro, mismas que recorren toda la construcción.
El convento de Huejotzingo es una de las joyas del país, a decir Eloisa Vargas Lugo en su libro, Las Portadas Religiosas de México, su iglesia tiene dos portadas únicas: la principal tiene arco cenopial lobulado, y abocinado, de rosca lisa, enmarcado dentro de una especie de alfiz formado por columnas laterales muy altas, delgadas y estriadas, de gusto gótico. El fuste parece continuar y ondular en el entrados del arco, sobre el cual se encuentran siete medallones con anagramas y una molduración formada por el cordón franciscano; la cornisa es tan alta que sirve como base para la ventana del coro con arco de medio punto y un marco modulado; en lugar de vidrios unas finas placas de alabastro, proporcionan una luz velada al coro ; toda esta fachada está formada por bloques de cantera rosa. Casi a nivel de piso tiene dos pequeñas hornacinas sobre unas bases lisas.
Como remate de la cornisa, unos pequeños estípices y sobre estos, dos escudos franciscanos, el tercer cuerpo es totalmente liso.
Una pequeña torre de construcción posterior se levanta en el ángulo suroeste del templo; en el lado opuesto está la pequeña espadaña del SXVI, formada por un vano de medio punto y en centro la campana; la cornisa de la espadaña está rematada por dos extrañas mensulas invertidas.
Otro de los detalles únicos de este conjunto arquitectónico es que el cordón franciscano aparece tres veces en una sola portada; a la altura de los capiteles, en donde el cordón forma una especie de tablero; después enmarcando como alfiz la ventana coral y por último como ya se mencionó en el paso de ronda
La iglesia ocupa una superficie de poco más de mil metros cuadrados, sus gruesas paredes están formadas con piedras irregulares y como característica tiene tres contrafuertes en cada una de sus paredes laterales; en el ábside tiene cuatro y los dos ya mencionados en su fachada, estos en un ángulo de 45º.
Siguiendo con la fachada, tenemos que la entrada al convento se hace a través de la portería. Esta presenta planta rectangular, sobre la que se alzan los muros que la conforman y techo es de viguería.
Sobre un paño rehundido, la portería se abre al atrio por medio de dos grandes arcos de medio punto, delimitados por un recuadro en forma de alfiz. Los arcos presentan diferente composición ornamental en su arquivuelta. La de la izquierda luce la doble cadena de estrangulados eslabones, en tanto que la del lado derecho está ornamentada por un angosto baquetón que sirve de marco a los grandes rosetones sucesivos. La decoración de ambas arquivueltas se une en el centro dando la impresión de una línea curva.
Los dos arcos concurren al centro, apoyándose sobre un gran balaustre con dos astrágalos en la parte media del fuste que está ornamentado con formas flamígeras, especie de estrías encontradas y líneas entrelazadas que semejan formas de cestería. El capitel está ornamentado con formas vegetales muy estilizadas, que recuerdan hojas de acanto; éstas dan la sensación de prolongarse, en forma de guía, para terminar en unos pequeños roleos.
En los extremos, los arcos se apoyan sobre medias muestras, de fuste liso y basa ática. Su basa y capitel es moldurado y ornamentado con perlas isabelinas.
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